“Autogestionando la fe”

“Procesión”, Francisco Amighetti (1946)
Fuente: María E. Guardia Yglesias, Pincel, Pinacoteca Costarricense Electrónica

www.artecostarica.cr

Juan Félix Picado Blanco
Estudiante egresado de la Maestría en Historia Aplicada
Universidad Nacional, Costa Rica
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Número 7

Publicado: 3 de mayo de 2020

En un acontecimiento sin precedentes en la historia reciente en el mundo católico, el Pontífice Francisco I se vio obligado a impartir la bendición Urbi et Orbi de forma extraordinaria, ante los embates que ha causado la nueva pandemia. Generalmente esta bendición se imparte en tres ocasiones en particular: ante la elección de un nuevo Pontífice, para la fiesta de Navidad del 25 de diciembre de cada año y en Semana Santa (1). Sin embargo, este año, de manera distinta lo hizo el 27 de marzo, en circunstancias muy atípicas, y más bien movido por la situación de emergencia provocada por el virus y que se vive en todo el planeta. El oficio religioso fue transmitido por diversos medios de comunicación en el mundo, a través de televisión, radio e incluso por internet. Lo mismo sucedió con muchas de las celebraciones propias de la Semana Santa, pues aunque no es la primera vez que se transmiten de diversas maneras para el mundo católico, sí ha sido una excepción ver al Papa rodeado de pocos de sus servidores en los actos litúrgicos.

En el caso costarricense, en el cantón de Santo Domingo de Heredia la Semana Santa del presente año también sufrió una alteración: las procesiones del Domingo de Ramos, los Vía Crucis y la procesión del Santo Entierro, entre otras celebraciones propias de la denominada “Semana Mayor” no se pudieron realizar. La razón no es menor: la pandemia mundial producto de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, obligó a las autoridades de salud respectivas, propiamente al Ministerio de Salud a recomendar a la Conferencia Episcopal de Costa Rica la suspensión de todas las actividades religiosas propias del calendario litúrgico católico, en particular del periodo de cuaresma y de la Semana Santa, esto con la intención de que se salvaguardara la salud pública (2). En todos los cantones de Costa Rica ocurrió lo mismo: no se realizó ninguna de estas manifestaciones de fe, por lo menos no de la manera que tradicionalmente se ha hecho.

A nivel histórico -según lo ha manifestado el historiador y presbítero Fernando Alberto Vílchez Campos- en varios momentos específicos de la historia de Costa Rica ocurrieron acontecimientos similares, pues ante eventos como la denominada “gripe española” de 1920, se prohibieron las celebraciones en los templos católicos y algunas fiestas patronales como por ejemplo la de San José, celebrada cada 19 de marzo. El mismo autor refiere a otros hechos como las erupciones que realizó el Volcán Irazú hacia finales de la década de 1960, que generaron dificultades para realizar este tipo de celebraciones religiosas (3). Pero en ambos casos, se trató de medidas establecidas a nivel local, en parroquias o pueblos en particular afectados por estos sucesos. Es decir -y en esto concuerdo con Vílchez- es la primera vez que en todo el territorio nacional de manera generalizada se cancelan los eventos como las procesiones, misas y ritos propios de la Semana Santa celebrados por católicos costarricenses.

No obstante, este tipo de alteraciones en las festividades religiosas católicas no son del todo ajenas en el pasado reciente en este país. En el año 2009 a raíz de la pandemia provocada por la gripe AH1N1 la Conferencia Episcopal de Costa Rica en aquel momento suspendió la tradicional Romería (4), que consiste en una peregrinación hacia el Santuario de la Virgen de los Ángeles -patrona de Costa Rica- desde distintas partes del país, que incluso lleva a algunos fieles a caminar durante varios días para llegar a este sitio sagrado ubicado en la provincia de Cartago, donde se afirma que hace aproximadamente 238 años tuvo lugar su aparición. En un periodo de 227 años fue la primera vez que se realizó la suspensión de esta tradición religiosa, con lo que muchos fieles devotos de la “Negrita” –como se le conoce- se vieron impedidos en la realización de su caminata anual como manifestación de fe y devoción.

 

“Es decir -y en esto concuerdo con Vílchez- es la primera vez que en todo el territorio nacional de manera generalizada se cancelan los eventos como las procesiones, misas y ritos propios de la Semana Santa celebrados por católicos costarricenses”

 

De hecho, llama la atención que en pleno contexto de la pandemia actual por la enfermedad del COVID-19, la imagen de la Virgen de los Ángeles, haya sobrevolado el territorio costarricense en otro hecho histórico sin precedentes, pues aunque en momentos específicos ha recorrido algunas localidades del territorio nacional, no lo había hecho de esta forma en un escenario pandémico como el actual. Los días sábado 21 y domingo 22 de marzo la “Negrita” realizó dos vuelos por todo el territorio nacional e incluso tuvo un itinerario muy marcado con horas y lugares definidos para visitar (5). Desde el día sábado a tempranas horas se trasladó vía terrestre hasta Base Dos del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría donde posteriormente recorrió el país en una aeronave propiedad del Ministerio de Seguridad. Ese mismo día, fue posible observar a algunos vecinos del cantón de Santo Domingo de Heredia subirse al techo de sus casas para seguir desde ese lugar la aeronave que la transportaba.

Aunque el Catecismo de la Iglesia católica en el numeral 2181 sea muy específico y claro con respecto al pecado que se comete al faltar deliberadamente a la eucaristía (6), lo cierto es que las circunstancias actuales han obligado a dicha institución, por lo menos en el caso de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica, a dispensar del precepto dominical a todos sus fieles, así como cerrar al público todos los templos, capillas, iglesias y oratorios en el territorio nacional. Los feligreses han tenido que seguir estas celebraciones por radio, internet o televisión y el clero se ha visto en la obligación de cumplir con sus funciones doctrinales utilizando en muchos casos la difusión de los servicios eucarísticos y sacramentales por medios que antes no estaban permitidos. En lugar de procesiones por las calles de las ciudades, en los últimos días era posible ver fuera de las puertas de los hogares de algunos vecinos “domingueños” ramilletes de palma y altares decorados con los colores morado, rojo y blanco, propios de las celebraciones de la cuaresma y la pascua. Esta Semana Santa en Costa Rica, sin lugar a dudas, ha sido excepcional.

Es evidente que en medio de este contexto la Iglesia católica haya tenido que enfrentar el desafío de repensar la forma en la que transmite su mensaje bíblico a la feligresía, que es en gran parte, su razón de ser. Esta institución debe buscar formas alternativas de comunicar el evangelio que no impliquen necesariamente la presencia física en sitios como templos, pues aunque suene descabellado, esto se hará más necesario en el futuro de cara a nuevas coyunturas como la actual, en donde el aislamiento social puede ser más generalizado. En este sentido, es un buen momento para utilizar los medios tecnológicos que estén a su alcance para llevar “la palabra de Dios” a sus fieles. Éstos, en la mayoría de los casos, acostumbrados a dejarse guiar y a obedecer el mensaje de las autoridades eclesiásticas y al clero en general, han tenido que ser más autónomos en la forma en la que viven y practiquen su fe, es decir, esta situación también ha generado nuevas maneras de manifestación de la fe. Este es un desafío aún mayor para todas las manifestaciones religiosas que congregan a sus fieles en sitios donde necesariamente se requiere su presencia. Después de la pandemia se podrá notar si muchas de estas tradiciones persisten, o si por el contrario adquieren alguna transformación importante. Esto solo se sabrá con el paso del tiempo.

Referencias para el debate

(1) “Bendición Urbi et Orbi. Papa: “La oración es nuestra arma vencedora”, Vatican News, 27 de marzo de 2020, URL: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2020-03/homilia-urbi-et-orbi-papa-francisco-suplica-dios-coronavirus.html.

(2) “Iglesia Católica en Costa Rica suspende procesiones de Semana Santa por COVID-19”, Semanario Universidad, 16 de marzo de 2020, URL: https://semanariouniversidad.com/ultima-hora/iglesia-catolica-en-costa-rica-suspende-procesiones-de-semana-santa-por-covid-19/.

(3) “Una Semana Santa distinta”, Eco Católico, 13 de abril de 2020, URL: http://ecocatolico.org/index.php/gran-tema.

(4) “Obispos de Costa Rica suspenden romería a Basílica de los Ángeles por gripe”, Agencia Católica de informaciones, 22 de julio de 2009, URL: https://www.aciprensa.com/noticias/obispos-de-costa-rica-suspenden-romeria-a-basilica-de-los-angeles-por-gripe.

(5) “Virgen de los Ángeles cierra este domingo vuelo para inspirar esperanza y fortaleza frente al covid-19”, La Nación, 21 de marzo de 2020, URL: https://www.nacion.com/el-pais/servicios/virgen-de-los-angeles-sobrevuela-pais-para/NGBNHGWCLJEIVO6E3REFJMZOB4/story/.

(6) “¿Valen las misas por radio o televisión?”, Catholic.net, s.f., URL: https://es.catholic.net/op/articulos/61134/valen-las-misas-por-radio-o-televisin.html#modal.